CULTIVOS MARINOS
 

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El Perú es reconocido a nivel mundial por la riqueza de su mar. No por nada somos los principales productores de anchoveta para harina de pescado. Esta actividad nos genera importantes divisas: el año pasado exportamos US$ 1,130 millones en harina de pescado. Sin embargo, la pesca tradicional no solo está sujeta -por tratarse de commodities- a la demanda internacional, sino también a los fenómenos climatológicos y a las vedas. Por ello es importante diversificarnos hacia la pesca no tradicional y la acuicultura. Esto ya lo han hecho diversas empresas de pesca tradicional como Austral, que en el 2006 exportó US$ 24.6 millones de productos pesqueros no tradicionales. Aún más, gracias al dinamismo de las ventas de pescado para consumo humano directo, en el 2006 alcanzamos un récord histórico en exportaciones pesqueras (US$ 1,750 millones), según PROMPEX. Si bien los productos tradicionales significan alrededor del 75% de dicho monto, sus exportaciones presentaron un exiguo crecimiento, mientras que las no tradicionales (consumo humaa pesca en el Perú tiene singular importancia económica y social. Perú ha sido bendecido con un mar abundante en especies, pero esta abundancia también genera controversias.
Nuestra gran producción de anchoveta nos convierte en el primer país productor y exportador a nivel mundial de harinas y aceites de pescado, utilizando dicha especie y no otras como jurel y caballa, que sí son utilizadas para este fin en otros países como, sin ir muy lejos, nuestro vecino del sur. Sin embargo, hay personas y grupos que insisten en que no se debe "quemar" la anchoveta, sino destinarla al consumo humano. Si bien es cierto que debemos hacer más esfuerzos para fomentar el procesamiento de anchoveta para consumo
La acuicultura viene creciendo a tasas extraordinarias, debido a que los recursos pesqueros de los mares y ríos no son suficientes para atender la alta demanda de la población mundial.
La FAO ha determinado que serán necesarias 40 millones de toneladas adicionales de alimentos acuáticos para el 2030, con el fin de mantener los niveles actuales de consumo per cápita. El Perú todavía está a tiempo de aprovechar las ventajas naturales que posee para convertirse en un importante actor en la acuicultura mundial. Cabe resaltar, además, que esta actividad tiene la ventaja de poder ser replicada no solo en la costa, sino también en las zonas más pobres y alejadas de nuestro país, brindando oportunidades de desarrollo. Como señala Antonio Brack, la trucha tiene un potencial interesante para ser desarrollada en la sierra y en la selva. Asimismo, en esta última cuentan con potencial especies nativas como el paiche y el boquichico.
Según la FAO, Chile logró consolidarse como el cuarto productor mundial de acuicultura en el 2004, en términos monetarios, desarrollando una industria acuícola basada prácticamente en la cría de salmón. En el Perú tenemos muchas especies nativas con gran demanda internacional, que pueden convertirse en interesantes nichos. Es hora de darle valor a este potencial.

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